Llega la Navidad y es cuando nos toca decirles a la gente lo mucho que los queremos, lo felices que somos teniendo todo lo que deseamos. Llega la hora del turrón, los regalitos, etc..
luego también pasaran estas fechas y cada mochuelo se ira a su olivo y dejaremos en letargo estas sensaciones hasta el próximo año.
Quiero darle las gracias a mi amiga Rocío que me acompaño en este especial de Navidad, leyendo un cuento que ella mismo sembró, cultivó y decidió darle libertad en mi programa.GRACIAS ROCIO POR VENIR A LEER CONMIGO.
Y por supuesto quiero felicitar la navidad a todas las personas que crean que estas fechas y todo lo que ellas conlleva debería de durar todo el año.
BON NADAL A TOTS.
Debe haber un lugar
donde se unan las penas.
Donde las de ahora
presionen a las viejas
y poder caber,
y donde las viejas asomen
la cabeza levemente,
con tristeza.
Debe haber un lugar
donde vivan lágrimas derramadas,
esperando llantos nuevos
del deshielo de las penas.
Debe haber un lugar
iluminado con timidez
y rebosante de sombras,
donde le pidas al tiempo
que retroceda.
Donde el tiempo,
de nuevo te ignore
e invite, cortésmente, a las penas
a salir de su escondite
para que te golpeen duras en la mejilla
y te hagan caer
junto al espejo.
Entonces, cuando veas
tus ojos que te miran
y te digan
que sienten frío,
no lo puedas evitar
y tiembles.
Porque
aunque no debería,
debe haber un lugar
en el que rodeado por tus penas
y esperando el aguacero de tus ojos...
Llores.
Mi primera oscuridad.
Primera luz.
Mi primer manto.
Primera risa
y primer dolor
con su llanto.
Mi primer avanzar a ningún sitio.
Mi primer caer desde muy bajo.
Mi primer morder a la dulzura
que la naranja esconde entre sus gajos.
Mi primer deseo
y mi segundo.
Mi primer moldear tímidos pechos
que con la luna,
siempre iban a dormir
hacia otros lechos.
Mi primer silencio rasga el pecho.
Mi primera estación abarrotada
y en mi barbilla,
los tres primeros pelos
de una barba.
Y mi segundo silencio rasga el alma.
Mi primer decir: ¡ahí no voy!
Y mi primera disculpa a los demás
por no haber ido.
Mi primer oír un mar ajeno.
Y la sensación de sentirse
de los seres de la tierra
el más pequeño.
Mi primer insecto encarcelado
en el cristal que aún sabe a mermelada.
Mi primer creer que lo sé todo
y mi primer saber que no sé nada.
Mi primer despedir a un ser querido
con mi primer adiós
y sin olvido.
Las primeras llaves de la casa
donde guardo secretos
entre almohadas,
y mi segundo insecto encarcelado
en el cristal que aún sabe a mermelada.
Mi primera canción de poro abierto.
Y la primera libertad a mis insectos.
Mi primera hoguera
y mi segunda
en la avenida.
Mi primera muerte...
tu partida.
“Bufón” puede parecer una palabra malsonante, pero antiguamente los bufones eran los encargados de entretener a los reyes. Por eso Agus y yo nos convertimos el pasado miércoles en Bufones, llevando a cabo la bella tarea de entretener, no sólo a reyes y a gente de bien, sino a todo el mundo. Y estábamos en toda una corte, con reina incluida. Vero estuvo acompañándonos durante la hora que duró nuestro programa y que se hizo cortísima.
Espero que nuestra reina loada desde el mismísimo Méjico se lo pasara fabulosamente. Yo tengo que confesar que fue todo un placer.
Vero ya sabes que aquí tienes tu casa, y a ver si la próxima vez podéis venir toda la corte junta, porque los bufones seguiremos aquí.
Un besazo.
